Quién es el estudiante en AVA.
David Eduardo Rosas Martínez.
El estudiante en AVA, es una persona responsable, autónoma, y autorregulada, que entiende su papel en el proceso educativo, como agente captador y promovedor de conocimientos y competencias, en un determinado campo del conocimiento, pues se entiende a si mismo como individuo participativo; capaz de crear, aportar y proponer. Actor y factor de su propio aprendizaje, es en esencia diferente a un estudiante del modelo tradicional. Desde este punto de vista es el actor fundamental del proceso educativo, en el que recaen las voluntades y los deseos de superación, no es un elemento pasivo que espera instrucción directa.
Es una persona metódica, que organiza y planifica su tiempo y labores educativas de manera sistémica, diseñando estrategias que lo conduzcan a la obtención de los logros propuestos en cada curso académico, estrategias en las que tendrán relevancia las TIC, de tal manera que cumpla con los requisitos exigidos en los momentos específicos. Desde esta perspectiva es el constructor de sus propios ritmos de aprendizaje, el autor de su propio proceso cognitivo, por lo que debe poner en acción todo su ser autorregulado.
Es una persona autocrítica, que en su desarrollo cognitivo, destina momentos para la autoevaluación y el balance, momentos en los que reflexiona y redirige su quehacer educativo, proyectándose nuevas metas, y rediseñando sus propios procesos de aprendizaje, pues entiende que está inmerso en un mundo en constante renovación, y en consonancia con esto asume su formación como continua y permanente, coherente con el modelo educativo que ha decidido seguir.
Como podemos ver el estudiante en este modelo es un actor autónomo en su proceso de aprendizaje, pues usa el aprendizaje autónomo como herramienta de adquisición de conocimiento, pero además de lo que podemos intuir, ¿qué es esta forma de aprendizaje?, pues bien podría decirse que el aprendizaje autónomo no es mas que saber estudiar, proceso que surge del ejercicio de aprender a aprender, que es quizás el santo grial de la pedagogía y la docencia.
En síntesis, podemos afirmar que aprendizaje autónomo es la capacidad que le permite a un estudiante, regular de manera ordenada y sistemática su propio proceso de aprendizaje, en busca de la consecución de los objetivos que se proponen, y mediado en un contexto educativo determinado. Un estudiante autónomo posee una fuerte motivación intrínseca, que le provee la voluntad para autorregularse en su desarrollo cognitivo, de modo que satisfará exitosamente los retos que se le impongan.
Sin embargo no debemos confundir este concepto con el de autoaprendizaje, pues este último surge de la iniciativa personal por aprender, y en esta no median agentes externos que le orienten en sus objetivos, a las personas que usan este método se les denomina autodidactas. En el aprendizaje autónomo se centraliza el ejercicio de aprender en el estudiante, pero los contenidos, las herramientas didácticas, y las orientaciones metodológicas emanan de un agente externo que orienta, acompaña, y evalúa los procesos de aprendizaje.
